Las casas pasivas, son el último grito en edificación porque ahorran hasta un 90% de energía. Esta construcción eficiente, tiene ciertas claves que debemos conocer. Una vivienda de estas características es aquella que la unión europea define, como una vivienda de alta eficiencia energética y que la poca energía que necesite sea portada por fuentes renovables.
El concepto de PassivHaus se desarrolló en los años 80 en Alemania como concepto de casas eficientes y con muy bajo consumo energético. Estas viviendas son muy eficientes gracias a:
- La excelente calidad térmica de los materiales de cerramiento del edificio: solados, techos, ventanas y puertas.
- Al uso de las fuentes de calor internas que se utilizan en la vivienda.
- A la disminución de las pérdidas de ventilación con un sistema controlado que ayuda a recuperar el calor.
Este sistema permite que la vivienda pasiva no necesite los mecanismos de refrigeración ni calefacción convencionales. La demanda de calefacción es inferior a 15 kWh/m2 al año, lo que supone una reducción del 90% de la media.
Ventajas de una vivienda Passivhaus
Sabemos que este tipo de viviendas nos permiten un ahorro energético del 90%, sin embargo, nos ofrecen otro tipo de ventajas que no podemos dejar de explicar.
Ahorro a pesar de la inversión inicial
Para construir una casa Passivhaus se necesita una inversión económica mayor, alrededor de un 10% más, sin embargo, también nos ofrece un retorno de la inversión a medio plazo y que nos permitirá recuperar esa inversión. Destacamos los puntos claves:
- Estas viviendas, se califican como “viviendas del futuro”, no sólo por utilizar sistemas avanzados, sino porque lo que se invierte en el presente te repercutirá en el futuro. Además, el valor de la vivienda aumentará y se mantendrá en el paso del tiempo.
- Actualmente, existen opciones para poder desarrollar estas viviendas ya que ayuntamientos bonifican el pago de impuestos y tasas de viviendas de alta eficiencia certificadas durante la construcción.
- Tal y como se demuestra el ahorro energético, la inversión inicial se recupera a medio y largo plazo.
- La eficiencia energética de este tipo de edificación se basa en el diseño de un estudio bioclimático, el aislamiento térmico, la estanqueidad del aire y la instalación de un circuito de ventilación mecánica.
Confort
La temperatura de una casa convencional cambia constantemente en su interior, cuando se apagan o encienden los sistemas de climatización es muy habitual encontrar picos de frío o calor. En cambio, en una casa passivhaus la temperatura es mucho más estable gracias al diseño con el que cuenta la casa que ofrece una estabilidad térmica desde el primer día.
Aislar la vivienda térmicamente, no sólo nos ayuda a tener una buena calidad del aire, también conseguimos a un aislamiento acústico, un aspecto más importante de lo que parece. En el interior de las viviendas, se respira un silencio casi absoluto.
En una vivienda convencional, con puertas y ventanas cerradas, el aire se renueva entre 5 y 15 veces por hora, en los edificios passivhaus, sin embargo, el aire se renueva un máximo de 0’6 veces. Realmente, las personas que viven en este tipo de viviendas, lo que más destacan es el confort, porque no existen las corrientes de aire y la calidad del aire es mucho mejor. Este sistema permite renovar el aire sin perder energía.
Vivienda sostenible
Como decimos, la vivienda de consumo es casi nulo, a parte de consumir el 90% menos que una casa común, aporta a la red más energía de la que consume y para conseguirlo, se aplican a la construcción parámetros de física. Destacamos dos grandes ventajas:
- Al consumirse menos energía, se reducen los consumos y se reduce la contaminación.
- Al reducirse las emisiones de CO2 por la propia reducción del consumo es una de las grandes ventajas. Además, la energía utilizada es de origen renovable generada por la propia casa.
Instalaciones comunes en una vivienda Passivhaus
Los edificios passivhaus están certificados paso a paso por el Passivhaus Institute, una entidad alemana que ha sido crucial en el desarrollo de la construcción eficiente. Estos controles ayudan a supervisar la estanqueidad del aire, los puentes térmicos, entre otros aspectos. Este estándar funciona desde los años 90. Actualmente, encontramos muchos edificios construidos como tal y se están monitorizando.
Las instalaciones más comunes que encontramos en una vivienda Passivhaus, son las siguientes:
Paneles solares
Los paneles solares son unas de las medidas más comunes para obtener energía renovable de forma sencilla. Los paneles solares son de alta eficiencia diseñados para aprovechar al máximo la radiación difusa de los días nublados. Además, este sistema, se puede instalar sin modificar la estética de la casa ya que se sitúa generalmente en zonas donde no se ven.
Suelo radiante y bomba de calor aire-agua
Ya hemos hablado del suelo radiante en anteriores artículos, este sistema con bomba de calor aire-agua junto a la energía solar que obtenemos de las placas solares nos dan todo el agua caliente necesario. El suelo radiante, es por si mismo un sistema eficiente, que junto a la bomba de calor aire-agua nos aporta un resultado óptimo.
Recuperación del agua de lluvia
Otra de las instalaciones que más se promueven en las casas pasivas, es la instalación de un sistema de recuperación de agua de lluvia. El agua recuperada se puede utilizar para regar el jardín o llenar los tanques de los inodoros. Este sistema está integrado de tal manera que cuando el inodoro se encuentra vacío, coge el agua de la red principal
Materiales y mano de obra
Tenemos que tener en cuenta que por mucho que se realice un proyecto passivhaus con unos criterios y unos cálculos al milímetro, si después no se ejecuta en obra correctamente no serviría de nada.
El 50% de la responsabilidad del éxito de un edificio de este tipo, es la capacitación del sector de la construcción para llevar a cabo el proyecto bajo las especificaciones del arquitecto.
Hace unos años, el estándar passivhaus tan sólo se podía aplicar a casas unifamiliares o edificios de nueva construcción, lo que suponía un importante freno en el desarrollo de la vivienda eficiente. Siempre se ha relacionado el passiv haus con la vivienda unifamiliar, sin embargo, sirve para todo tipo de edificios, tipologías y rehabilitación.
Las ventanas y puertas son uno de los puntos clave de la hermiticidad de un edifico. No sólo importan los materiales, sino que la colocación de todos los elementos deben estar en consonancia. Por ejemplo, la espuma que se utilizan habitualmente en construcción convencional es muy rígida y con el tiempo se contrae y deja entre dos o tres milímetros de separación entre la ventana y el muro, dejando pasar el aire.
En este caso, en la construcción de las viviendas passivhaus, se utiliza una membrana líquida que rellena todos los huecos hasta dos o tres milímetros que permite rodear y conseguir la hermiticidad en todos y cada uno de los materiales, sin importar la forma de estos materiales. Por esta razón, se utiliza este producto que es totalmente moldeable y aplicable a cualquier superficie.
En conclusión…
Por último, recordamos que estas viviendas o edificios, casi no contaminan. El desarrollo de la construcción pasiva es vital para reducir los efectos del cambio climático. Actualmente, contamos con grandes profesionales del sector que son capaces de construir edificios que contaminan mucho menos y que además, son beneficiosos para nuestro bolsillo, ya que necesitan un 90% de energía menos.